Solemos asomarnos a esta ventana virtual para dar
buenas noticias o anunciar los conciertos de la coral. Sin embargo, hoy lo tenemos
que hacer de una forma abrupta, apesadumbrados y profundamente conmovidos por
la pérdida de nuestra compañera Carmen, que nos ha dejado en las primeras horas
de este 16 de agosto.
Aunque no pertenecía al grupo fundacional de la
Coral, siempre nos lo pareció. Vino para cantar pero le añadió compromiso al trabajo,
lealtad al grupo, equilibrio en las opiniones y mucha rectitud en sus acciones. Supo mezclar la discreción con una personalidad muy
marcada para ganarse el respeto de todos.
Carmen sentía pasión por los viajes y cada año nos “castigaba”
con algunas semanas de ausencia para volver desde algún remoto destino justo a
tiempo para los ensayos generales. Esta
vez será distinto y ya no valdrá esperar a que vuelva de Etiopía, de Vietnam o
del Perú, porque tendremos que seguir
cantando y cuando nos venga su recuerdo, solo quedará levantar un poco la vista
y proyectar nuestras voces más allá de la partitura. Así sabrá que cantamos por
ella.
Hasta siempre Carmen.